NUESTRA AMISTAD





NUESTRA AMISTAD

Nuestra amistad se convirtió en llamas sin darnos cuenta,
en nuestra primera noche se nos quedó pequeña la cama,
al cuadrilátero del amor lo dejamos sin cuerdas para defenderse,
las sábanas se rindieron ante nosotros,
fueron unas horas eternas en las que tú y yo
hicimos saltar la banca del casino de la pasión.

Pero aquella noche no se volvió a repetir,
al igual que las sábanas, nos rendimos muy pronto
y el colchón nos extrañaba un día tras otro.
Buscamos la pasión perdida en otros cuerpos, otros rings,
otros descocidos colchones, repetir aquella madrugada
cada uno haciendo la guerra por nuestra cuenta.

Pero hay noches que son irrepetibles,
y amistades que nunca podrán ser como la tuya y la mía.


Mayo 2013
Antonio Rodríguez Álamo


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