LA CHICA DEL CERCANÍAS




LA CHICA DEL CERCANÍAS

Me impregnas con tu perfume
cada día y a la misma hora.
Sentado mirando al infinito
te veo pasar con la cabeza agachada
mirando tu teléfono con una media sonrisa.
Le escribes a él aunque tengo la ilusión
de que algún día sea yo el afortunado
al que le desees los buenos días.
Los dos cogemos el mismo tren,
el cercanías que nos lleva
al corazón de la ciudad,
a la marabunta de un lugar
que nos engulle sin dejar rastro de nosotros.
Pero yo, donde te quiero llevar
es al andén privado de mi estación
que nos transportará a nuestro paraíso,
a ese en el que sólo caben dos.

Subimos en el mismo vagón,
me coloco a pocos centímetros de ti
y siento tu latido, el olor de tu pelo,
y parece que no hay nadie más
a nuestro alrededor.
Me gustaría pulsar el freno de emergencia
y quedarnos en la oscuridad del túnel
para poder hacerte mía allí mismo,
contra los cristales del vagón 6
y sentir tú gemido cerca de mis labios.

Aunque todo como ves, es un sueño
del cual espero despertar el día
menos pensado abrazado a tu cintura,
que mis manos huelan a ti,
a una noche de sexo sin control
tras una larga madrugada
de lucha sin cuartel entre las sábanas.
Y de momento, dejaré mis ganas
de decirte lo que me gustas
guardadas en mi mochila e intentaré
sacarlas mañana cuando te vuelva a ver.

Antonio Rodríguez Álamo
Julio 2013


*Gracias Eva por la fotografía "Entre Vías".

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