HUIR DE TI
Caminábamos por el filo de la madrugada,
sin un rumbo fijo,
dando 2 horas de propina a nuestra pasión,
ebrios de amor por las esquinas,
y entregándonos al sexo sin tapujos en un portal.
Las noches eran nuestra sala de estar,
en la que deambular por ella
cada vez se nos hacía más cómodo,
y en la que continuamente jugábamos
a ser la pareja del año.
Pero yo sabía que esto tendría un fin,
que debía huir de ti,
aunque me arrastraras al fondo del pozo
y casi ahogado pedirte de nuevo ayuda para salir.
Una y otra vez volvía tras mis pasos,
y corría a buscarte para besarnos,
para amarnos con ternura,
para follarnos sin compasión,
para sacar lo mejor y lo peor de nosotros,
sin darnos cuenta de que lo nuestro
solamente podría llegar a ser
un amor de garrafón.
sin un rumbo fijo,
dando 2 horas de propina a nuestra pasión,
ebrios de amor por las esquinas,
y entregándonos al sexo sin tapujos en un portal.
Las noches eran nuestra sala de estar,
en la que deambular por ella
cada vez se nos hacía más cómodo,
y en la que continuamente jugábamos
a ser la pareja del año.
Pero yo sabía que esto tendría un fin,
que debía huir de ti,
aunque me arrastraras al fondo del pozo
y casi ahogado pedirte de nuevo ayuda para salir.
Una y otra vez volvía tras mis pasos,
y corría a buscarte para besarnos,
para amarnos con ternura,
para follarnos sin compasión,
para sacar lo mejor y lo peor de nosotros,
sin darnos cuenta de que lo nuestro
solamente podría llegar a ser
un amor de garrafón.
Octubre 2013
Antonio Rodríguez Álamo
Antonio Rodríguez Álamo
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