LUNA CRECIENTE




LUNA CRECIENTE

Sentado en el banco
de aquel parque
que nos hizo conocer,
revolotean las palomas
picoteando las migajas
de nuestro amor
esparcido por el suelo.

Lo miro como un niño
mira con deseo
un catálogo de juguetes
cuando se acerca Navidad.

A mi cabeza vienen
las horas y horas
que pasamos sentados en él
repartiéndonos, a barra libre,
nuestro amor,
y aún sonrío al recordar
tus bromas sobre mi barba.

Ahora sé que tuvimos
la bendita oportunidad
de demostrarle al mundo
que nuestra pasión
no era efímera…

Que nos salían agujetas
por todo el cuerpo
fruto de nuestras
arrebatadoras caricias…

Que mirarte al sonreír
era como mirar
una luna creciente…

Quiero volver a darte
los 23 besos que miden tus piernas,
espantar a las palomas,
recoger lo que quede de amor,
plantarlo y esperar a que vuelvas
para regarlo junto a mí.


Noviembre 2013
Antonio Rodríguez Álamo.


Comentarios