HAMBRE


HAMBRE

He pasado la noche junto
a tu escultural cuerpo,
modelado por las manos
de los ángeles más traviesos,
y no he quedado saciado.
Desnudos en la madrugada
nuestros cuerpos se unieron
en perfecta armonía,
ardiendo en la hoguera,
con una misma pasión agitada
recorriendo nuestras venas.
No existió más allá
de ese momento mágico.
Sin querer escapar de este laberinto
que has dejado en mis sábanas
con tu dulce aroma,
enredándome en ellas
para que no desaparezca,
y así, volver a pecar juntos,
para que los suspiros de las estrellas
vuelvan a dormir bajo nuestra almohada.
Cansado y tirado en la cama,
te observo mientras te vistes,
con tu perfecta sonrisa
y tu pelo enmarañado,
recomponiéndote como puedes la ropa
que hace unas horas te quité a jirones.
Y aún así, sigo teniendo hambre de ti.

Antonio Rodríguez
Junio 2017

Comentarios