CIEGO


CIEGO

No son lágrimas,
son recuerdos
que se amontonan
como afiladas cuchillas
en mis cansados ojos.

Hastiados
por ya no poder mirarte
ni verme reflejado en ti,
en tu bondad, en tu amor,
en tu sonrisa duradera.

Ando ciego
hasta de pies y manos,
de alma y vida,
deambulando taciturno
por estas calles vacías.

Mi cama sigue fría,
callada, triste, atónita
por que ya no te arropa
ya no eres suya,
ya no eres mía.

Papeles emborronados,
escribiendo alegorías.
En el vagón de cola
sigo acurrucado
convirtiéndote en poesía.

Refugiado en mi soledad
y con las alas rotas
prometo volver a volar
cuando duerma mi tristeza,
cuando curen mis heridas.

Antonio Rodríguez
Diciembre 2017

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