NO ESTÁ EN MI MANO


NO ESTÁ EN MI MANO

No está en mi mano
que bajes la escalera
acariciándome
con tus fríos dedos
como hacías antaño.
Que marques mi piel
con la tinta indeleble
de una carretera secundaria
que lleva al paraíso.
Evocando tu olor
que se me impregna
inyectado en mis arterias
como un cautivador perfume.

No está en mi mano
que piense en ti
25 horas al día,
arrebatándote la ropa,
rasgando tu cuerpo,
dándole color a mi corazón
que huye del luto
ataviado en el pasado.
Que con mi mente
te acaricie
sin apenas tocarte
y te empapes
del rocío de la mañana.

No,
no está en mi mano,
que sueñe contigo
y con los ojos cerrados,
nuestras lenguas entrelazadas,
exhalen suspiros de placer,
hasta llegar al orgasmo,
percibiendo tu entrecortada voz.
Resolviendo el crucigrama
de tu entrepierna,
perdiendo mi vida
entre los recovecos
de tu delicada esencia.


Antonio Rodríguez

Marzo 2018