MI AGONÍA


MI AGONÍA

Llegas a mí
como la brisa marina.
Fresca,
radiante,
intuitiva.
Por mis venas
corren mariposas 
en una cuenta atrás
sin retorno al pasado
y trenes en vía muerta.
Te pones a mi lado,
la piel se me eriza,
y mi corazón
late febril.
Tu voz, melodía en mis oídos
y fuente de pureza,
se abren paso en mi letanía.
Me miro en tus pupilas,
en tus largas pestañas
donde amanece el día
y se obra el milagro
del despertar de mi letargo
con tus manos en las mías.
Yo,
que tomaba
una copa de vino amargo
sentado al borde de la tristeza,
llegas para rescatarme
y beberte de un trago mi agonía.


Antonio Rodríguez
Septiembre 2018